Mostrando entradas con la etiqueta Tres vivencias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tres vivencias. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de octubre de 2008

Tres vivencias: playa

Debía tener cinco o seis años. Pero tengo un recuerdo muy vivo de aquello.
Estando en la playa se me ocurrió ponerme a investigar por mi cuenta mientras mis padres hablaban de sus cosas. Iba descalza. Corría. Subí a unas rocas donde solían ponerse los pescadores y al subir el pie derecho lo sentí como enganchado en alguna parte.
Uno de los anzuelos que dejaban aquellos pescadores se me clavó en un dedo, llevando un sedal atado a una roca que me impedía levantar el pie.
Supongo que el resto podéis imaginarlo...

Tres vivencias: 20 min.

Durante el año pasado estuve preparandome para una prueba musical importante para mí, que me permitiría seguir estudiando, y que duró aproximadamente 20 minutos. Un año de trabajo volcado en sólo 20 minutos en los que muchísimos factores externos influyen en esa forma de tocar. No es tan sencillo controlarte y expresarte musicalmente ante un tribunal que tiene el poder de decidir tu futuro. Por eso requiere tanta preparación.

Ello me hizo reflexionar. Resulta curioso que todo un año de trabajo se dedique a un periodo de tiempo tan corto. Estudiar para tenerlo todo calculado al 100%...Aunque en el momento se llega al 80%. Es más, dedicarse a la música exige toda una vida de esfuerzo, estudiar todos los días durante horas, para luego poder enfrentarte a un público y llegar a disfrutar durante unos minutos infinitamente especiales. Quizás por eso me guste tanto y me sienta tan afortunada.

domingo, 12 de octubre de 2008

Tres vivencias: muchos, pequeños y felices

He decidido contar algo acerca de mi infancia, tal vez porque los recuerdos entorno a ella son los más felices, tal vez porque ya de adulta, no me está permitido hacer ciertas cosas que me encantaban entonces. Y aunque se trate de escribir un momento particular, una vivencia, me gustaría escribir sobre las muchas costumbres que tenía y de las que no puedo disfrutar ahora por falta de tiempo. Tiene sus desventajas hacerse mayor.


Ir a la playa en septiembre, recoger caracolas para luego poder verlas cuando volviera a la ciudad, aunque siempre acababa devolviéndolas al mar porque no me gustaba que no brillaran igual. Viajar con mis padres. Mi perra Luna. En verano, trepar por una higuera para comer higos directamente del árbol. Sentarme de noche con mi padre a oír música y quedarme dormida. Quedarme con mis abuelos toda una tarde después del colegio. Engancharme a la televisión viendo vídeos de Tracy Chapman. Morderme las uñas. Jugar a fútbol. Recoger bichos de bola y guardarlos en una caja. Disfrazarme con mi madre. Merendar. Dibujar con mi padre. Dormir antes de comer. Que me contaran cuentos...


Como ya dije antes, no he tratado de contar un momento concreto sino muchos pequeños y felices que fueron parte importante de mi infancia...Aunque al fin y al cabo, vivencias son.
Me ha gustado recordar, y tengo la suerte de poder disfrutar de esos momentos de vez en cuando.